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El té verde es una infusión sabrosa y muy fácil de preparar. Esta bebida, además, es realmente beneficiosa, produciendo efectos positivos en nuestro organismo al mismo tiempo que nos da una sensación reconfortante; y es que el té verde cuenta con vitaminas como la A, C y E. Además, algunas vitaminas del complejo B así como oligoelementos como pueden ser el manganeso, flúor, cobre o cinc. Lo cierto e que el té verde es un potente antioxidante, un estimulante suave para nuestro día a día y una infusión capaz de favorecer la combustión de las grasas o mejorar el funcionamiento de nuestro cerebro. Con todo ello, es interesante saber que esta infusión se puede preparar de muchas formas; y es que aunque en su forma tradicional está deliciosa, pueden añadirse otros ingredientes para crear bebidas mucho más interesantes.

El té verde más tradicional

Sí, hay muchas formas de preparar el té, pero no podemos negar que el té verde tradicional es quizá una de las grandes favoritas. Para ello, se recomienda usar agua filtrada o agua de manantial.

Hay que tener en cuenta que los tés verdes no deben infusionar durante mucho tiempo. Con pocos minutos es más que suficiente. Además, la temperatura del agua debe estar a una temperatura media-baja. El motivo es que si usamos agua muy caliente, el sabor no será tan agradable y las propiedades de esta bebida no serán las mismas. Se recomienda, por tanto, que el agua esté a unos 78-80º y que no dejemos infusionar más de 3 minutos.

Otro de los trucos para preparar un té verde en su forma más tradicional es tapar la taza para que todo el calor se mantenga dentro.

Té verde con limón y jengibre

El té verde con limón y jengibre es una bebida deliciosa que, además, está recomendada como suplemento para la pérdida de peso.

Para prepararla, además del té verde, tendremos que añadir jengibre fresco rayado y un limón exprimido.

El jengibre cuenta también con muchísimas propiedades para nuestro organismo. Si bien es cierto que podemos infusionarlo junto al té verde, se recomienda infusionar primero el jengibre durante unos 6 minutos. Después, podremos añadir el té verde durante los 3 minutos que necesita para infusionar. De esta manera, evitaremos que el té se amargue y aprovecharemos todas las propiedades del jengibre.

Una vez esté listo, añadiremos el zumo del limón para darle ese toque cítrico.

Té verde con leche de coco

El té con leche no es nada nuevo. Aunque lo cierto es que siempre podemos darle una vuelta a estas recetas tradicionales. Por ejemplo, si te gusta la leche de coco, es una gran aliada en el sabor de esta infusión.

La receta, como podemos imaginar, es realmente sencilla. Ya hemos aprendido que el té verde no puede estar más de 3 minutos infusionando para no amargar. Después de eso, simplemente debemos añadir media taza de leche de coco y endulzarlo un poco (si queremos).

Té verde con piña y canela

¿Y si le añadimos un poco de canela y piña? No podemos negar que la combinación nos parece de las más atractivas para una bebida. Para prepararla, lo ideal es que la piña sea fresca, eso sí. Además, de las 2 rodajas de piña y el té verde, también tendremos que añadir ½ cucharadita de canela en polvo y 2 cucharadas de miel.

El secreto está en añadir el zumo de piña cuando la infusión esté ya tibia. Además, una vez añadamos la piña, tendremos que añadir también las cucharadas de miel. Removeremos todo y finalmente espolvorearemos la canela por encima.

Té verde refrescante para el verano

El té verde caliente es muy reconfortante durante cualquier época del año. No obstante, no podemos negar que en los días más calurosos quizá nos apetece tomar algo más fresco. Lo cierto es que hay muchas recetas para saber cómo prepararlo en verano. Un buen ejemplo es el Ice tea de té verde con limón.

Nuevamente usamos el limón junto al té verde. En esta ocasión, podemos tomar dos bolsitas individuales de té verde, unos 750 ml de agua para hervir, el zumo de un limón y 50 g de azúcar o edulcorante. Además, tenemos que añadir hielo al gusto y se puede incluir también un poco de jengibre o quizá unas hojas de hierbabuena.

El procedimiento es sencillo. Se calienta el agua hasta que coja la temperatura adecuada. Luego se deja infusionar el té durante 3 minutos y añadimos posteriormente el limón, el azúcar y el hielo picado. Para decorar, o bien usamos el jengibre, o bien añadimos la hierbabuena.

En este punto, hay que añadir que cualquiera de las recetas anteriores podrían ser una excelente opción para el verano si añadimos hielo picado. Además, si nos gusta la fruta, también podemos hacer pruebas con frutos rojos o naranja, por ejemplo.