
AVISO: Abstenerse si no te gusta la cebolla porque pocas recetas llevan tanta cantidad como esta, ni siquiera las clásicas infusiones que se recomiendan para los catarros con miel y limón.
La sopa de cebolla, gratinada o no, es un plato de origen medieval y humilde a base de este bulbo, caldo y pan del día anterior. Se popularizó en Francia en el siglo XIX en una versión más refinada: con la cebolla confitada con un poco de mantequilla, añadiendo vino blanco o cognac y finalizando con una buena rodaja de queso gruyere gratinado sobre una rebanada de pan crujiente.
Con muchas cebollas como ingrediente principal, podemos cocinar distintas versiones de esta receta y darle nuestro toque personal. Nosotros hemos añadido estragón y usamos pan de centeno de panificadora eléctrica.
El estragón (Artemisia dracunculus) es esa hierba aromática digestiva de sabor anisado. Aunque menos conocida que otras como el orégano, albahaca, tomillo o romero, es muy apreciada en la cocina. Se usa poca cantidad y sin ella no existiría la salsa bearnesa. En mi cocina es imprescindible en Navidad en la receta de rape a la americana.
Os animo a probar esta receta, especialmente si os encontráis de golpe con muchas cebollas en casa.
Esta es la receta de sopa de cebolla gratinada al estragón paso a paso:
Ingredientes
- 6 cebollas hermosas
- 2 cucharadas de mantequilla. Se puede usar aceite de oliva perfectamente, pero la mantequilla le aporta un toque cremoso y confitado especial. También quedaría exótico con aceite de coco virgen extra
- 1,5 litros de caldo al gusto. He usado un caldo de cocer garbanzos. Se puede usar caldo vegetal o de ave. A más cantidad, más líquido quedará, pero se trata de que el pan pueda sostenerse en la cebolla y no hundirse. La receta es más cremosita, casi como una salsa. Algunas recetas llevan una cucharada de harina para engordar, pero no es necesario con estas medidas.
- Varias rebanadas de pan del día anterior. Usamos nuestro pan integral de panificadora en rodajas finas
- queso gruyere, según los comensales y cuántas rebanadas quieras poner. A mi marido le gusta casi más el gratinado que la propia sopa ?
- 2 cucharas de estragón seco. Puedes usar un ramillete de estragón fresco, pero, a no ser que lo tengas cultivado en tu jardín aromático, no se suele vender en los mercados españoles
- sal y pimienta
- Opcional: un chorrito de cognac o vino blanco. Nosotros no lo ponemos, con el toque de sabor del estragón es suficiente
Elaboración

Pelamos las cebollas y las cortamos en juliana/medias lunas. Para evitar llorar podemos remojar el cuchillo bajo el agua del grifo.
En una cazuela ancha calentamos las 2 cucharada de mantequilla o el aceite y pochamos a fuego suave las cebollas. Salamos. Abultan mucho, pero tras unos 20 minutos se reducirán y cogerán un bonito tono amarillo-crema.
Añadimos el estragón y el caldo y cocinamos unos 20 minutos desde que hierva. Esta receta no es muy líquida porque luego gratinaremos y las rebanadas de pan no deben hundirse.
Probamos y salpimentamos al gusto.
MOMENTO GRATINADO:
Podemos hacerlo de 3 formas distintas:
- colocar el pan con trozos de queso encima de la cazuela, apta para el horno, y gratinar unos minutos para que se funda
- hacerlo en platos o cuencos individuales
- o incluso gratinar solo los panes y colocarlos después encima de cada sopa
Y disfrutamos de esta sopa clásica con un sabor muy de campo.
VERSIÓN VEGANA
Cambia la mantequilla por aceite de oliva virgen extra. Prescinde del queso y espolvorea levadura nutricional encima del pan o de la sopa. No funde, pero tiene un sabor que recuerda al parmesano y también combina muy bien con esta receta.
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Muchísimas Gracias
Saludos desde Austria
Muchas gracias, Bendiciones y cariños desde Chile.-