limonada de lavanda

Es de agradecer que con tan pocos y sencillos ingredientes podamos conseguir ese refresco frutal tan rico que es la limonada. Y aunque lo hayan intentado muchas marcas comerciales con bebidas burbujeantes de limón, ninguna puede igualar a la limonada casera.

Hay casi tantas recetas como hogares, pero la clásica suele llevar 2 limones, de 1 a 2 litros de agua, hielo y azúcar al gusto. La buena noticia es que las limonadas son muy sencillas de personalizar: añadiendo ingredientes como naranja, menta, frambuesas, azahar, pétalos de rosa, y cambiando el endulzante y optando por endulzantes naturales como estevia, azúcar de coco, agave, melaza de cereales o xilitol. Cada uno tiene sus pros y sus contras y aporta un toque especial a las recetas.

Ya hemos probado la limonada de jengibre y estevia y ahora aprovechamos la lavanda que inunda campos y jardines para una aromática limonada de lavanda endulzada con xilitol, que se asemeja al azúcar blanco en color y textura, pero, a diferencia de esta, presenta ventajas nutricionales. Un 40% menos calorías que el azúcar, evita la caries y regula el nivel de glucosa en sangre al tener una carga glucémica baja (la del xilitol es 7 la del azúcar 60-70). Se le conoce como azúcar de abedul porque de la corteza de este árbol se extrajo por primera vez. Junto con estevia es ideal para diabéticos.

¿Cómo preparamos la limonada de lavanda? Esta es la receta

Ingredientes

  • 2 limones o más si te gusta más intenso
  • un ramillete de lavanda de fresca, la parte morada. Si no es temporada podríamos usar unas gotas de aceite esencial de lavanda
  • 3 cucharadas de xilitol como endulzante saludable. Puedes sustituirlo por otro
  • 1,5 litros de agua

Elaboración

limonada de lavanda

Lo primero es preparar una infusión de lavanda hirviendo las hojitas lilas de la planta con el agua y cociendo unos 10 minutos para que coja color y sabor. Dejamos ENFRIAR y colamos.

Y ya podemos preparar una limonada normal exprimiendo los limones, vertiendo el zumo sobre ese agua aromática y endulzando, en este caso con el xilitol.

Sabe más rica si la tomamos fresquita.

Y si te sobra lavanda, ¿por qué no preparar unas magdalenas con lavanda u otro tipo de repostería?