El mundo audiovisual nos ha dado momentos fantásticos en ámbitos tan heterogéneos que en la actualidad ya nada nos sorprende. El universo culinario siempre ha sido un filón para el cine, una tendencia que en los últimos años ha ido aumentando gracias a filmes como Una buena receta, Chef, Sin reservas o la siempre entrañable Ratatouille. Entre todas las películas que hacen una oda a la comida y al noble arte de prepararla, también podemos encontrar alguna que otra historia real, como es el caso de la película Julie & Julia.
Dirigida por Nora Ephron en 2009, el filme explora la vida de dos mujeres separadas en el tiempo pero unidas por una misma pasión: la cocina. Ephron se valió de la biografía de Julia Child, My life in France, y de la de Julie Powell, Julie & Julia, para producir esta película llena de matices, recetas, encanto y un mal sabor de boca final que no le hace justicia a la historia de ambas cocineras.

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El punto de partida de esta historia es Julia Child, una de las mujeres que marcó el panorama televisivo estadounidense en materia de cocina en la década de los 60. En 1948 Child, interpretada por la oscarizada Meryl Streep, se vio obligada a trasladarse a París junto a su marido Paul, destinado en la capital francesa por motivos de trabajo. La ciudad le enamoró desde el primer día pero no encontró en ella nada interesante que hacer más que pasear durante las horas muertas en las que su marido, interpretado en la ficción por un excelente Stanley Tucci, estaba trabajando. Un día, comiendo en un pequeño restaurante de la localidad francesa de Rouen, Julia se dio cuenta de que lo que verdaderamente le apasionaba era la cocina. A partir de ese momento, Child puso todo su empeño en aprender a cocinar las excepcionales recetas de la cocina francesa, y para ello tomó clases en la prestigiosa escuela de cocina Le Cordon Bleu. Tras su formación académica, no exenta de obstáculos por su nacionalidad y su género, Julia se unió a un club de cocina integrado única y exclusivamente por mujeres, Le Cercle des Gourmettes. Fue en este ambiente culinario donde se hizo amiga de Simone Beck quien, junto a Louisette Bertholle, estaba escribiendo un libro de cocina francesa dirigido a un público americano. Como Child era americana y sabía inglés y francés, ambas amigas le propusieron formar parte de su aventura literaria traduciendo las recetas. Así es como se formó este trío culinario que llegaría a impartir clases de cocina a mujeres americanas afincadas en París en la propia cocina de Julia.
Debido al trabajo de su marido, Julia Child se vio obligada a dejar la capital francesa y mudarse a diferentes ciudades durante la década de los 50. Sin embargo, esto no terminó con la relación profesional de las tres amigas, que siguieron experimentando por su cuenta e incluyendo nuevas recetas a su libro. Tal fue el volumen de recetas, que cuando se publicó en 1961 bajo el título Mastering the Art of French Cooking (traducido en castellano como El arte de la comida francesa) el libro contaba con 726 páginas. El éxito de este recetario fue inmediato, tanto el público como la crítica elogiaron a las tres autoras por hacer de la alta cocina francesa algo accesible a los ciudadanos de a pie, así como por la inclusión de imágenes y explicaciones en cada preparación con un alto grado de detallismo.
Con miles de libros vendidos, Julia Child recibió una proposición para dar el salto a la pequeña pantalla de la mano de la cadena WGBH-TV. The French Chef, que así se llamaba el programa, tuvo una gran acogida por el público y permaneció en antena durante años. De manera paralela a su trabajo en la televisión, Child continuó escribiendo y publicó más de 20 títulos, algunos de manera conjunta junto a Simone Beck y otros de manera individual.
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Tras una vida dedicada a la gastronomía, y habiendo sido también fuertemente criticada por su excesivo uso de la mantequilla, Julia Child falleció en 2004 a la edad de 91 años. Cinco años antes del estreno de Julie & Julia, pero no antes de haber sido testigo del éxito del blog de Julie Powell, a quien criticó duramente.
La historia de la neoyorkina Julie Powell arranca, tanto en la ficción como en la vida real, en el año 2002. Harta de su trabajo de secretaria, Powell decide dar un cambio a su vida y dedicarse a la escritura, el sueño al que siempre aspiró. Para ello se propone escribir un blog durante un año para contar su experiencia cocinando un total de 524 recetas recogidas en el libro de Child. Para los que no seáis muy de números, esto son casi dos recetas al día. Alguna que otra, tal y como se puede comprobar en la película, para nada sencilla.
Con el paso de los meses el blog de Powell alcanzó un gran número de fans que acabaron por conseguir que esta joven escritora publicara su aventura en forma de libro. En 2005, Julie & Julia: My Year of Cooking Dangerously salió a la venta, catapultando a la cocinera amateur al estrellato. Sin embargo, a pesar de su admiración por Julia Child, ésta jamás se puso en contacto con Powell. De hecho, llegó a afirmar que su trabajo le parecía una falta de respeto a toda su trayectoria profesional, ya que en el blog se centraba más en dar detalles de su vida que en la propia elaboración de las recetas.
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La película refleja a la perfección esta situación, sobre todo en las escenas finales en las que Amy Adams, encargada de dar vida a Julie Powell, se muestra tremendamente decepcionada ante el rechazo de Julia Child. A pesar de ello, la cinta atrapa a cualquier amante de la cocina, tanto en la parte de la historia de Child, en la que disfrutarán viendo su afán de superación en las cocinas de Le Cordon Bleu, como en las escenas centradas en la aventura de Powell, en las que las diferentes preparaciones culinarias son las protagonistas. Eso sí, no siempre terminan bien.