Llega un momento en la vida de cada persona en la que se plantea cómo quiere vivir y si su día a día, sus hábitos, sus amistades, su trabajo y su entorno se corresponde con sus anhelos y llamada interna. Cuando se hace esa reflexión, irremediablemente uno debe tomar decisiones. Y, nos guste o no, todas las decisiones en la vida tienen un precio.
Si no mueves ficha por miedo o pereza (cuando realmente quieres otros resultados), pagas un precio por ser un zombie social en un mundo donde la seguridad 100% ya no existe, y si mueves ficha para acercarte a una nueva ruta liderada por tu Alma pagas otro precio: incertidumbre, desajustes de planes, fluir/ser arrastrado más de lo que te gustaría, posibles «travesías por el desierto», nuevos retos, …
Nosotros hemos vivido todo eso.
Hubo un momento que sentimos con claridad la necesidad de cambiar de vida: decidimos dejar dos empleos «seguros» (2006) y poner rumbo a un pueblo de 250 habitantes en las montañas en el norte de España sin saber a qué nos dedicaríamos profesionalmente, pero con la certeza de que allí o en el proceso encontraríamos nuestro «lugar en el mundo». Y así ha sido.
Ya os contamos hace unos meses que la revista CuerpoMente, referente en habla hispana de salud natural, había publicado un artículo sobre nuestra historia en su sección «Vivir CuerpoMente», y ahora que también lo ha publicado EN SU WEB lo compartimos con todos vosotros para que podáis leer nuestra historia: con sus baches, cambios de rumbo, tiras y aflojas, metas y éxitos.
AQUÍ PODÉIS DESCARGAR EL PDF de la revista
Y abajo selecciono extractos destacados del artículo.
Uno de los principales arrepentimientos de las personas al final de sus días es «no haber tenido el coraje de hacer lo que querían hacer y no lo que los otros esperaban que hicieran». Eso confiesa Bronnie Ware, experta en cuidados paliativos, en su libro The top five regrets of the dying.
La catarsis en nuestro caso no vino de fuera, de una enfermedad, un accidente, un duelo o estrés. Fue el primer año de vida de nuestro hijo lo que nos hizo replantearnos qué hacíamos, por qué y hacia dónde queríamos ir. Pero no fue repentino…
Para no precipitarnos, decidimos contestar ambos de forma independiente a dos preguntas existenciales: ¿qué haríamos si nos tocase la lotería? y ¿qué haríamos si nos quedase un año de vida? Y las respuestas nos convencieron.
Vivir en el campo no es cuestión de suerte, sino de decisiones (y peajes)
Hasta hace relativamente poco, la agricultura, la ganadería, la artesanía o una vida hippy y contemplativa parecían las únicas opciones que ofrecía el mundo rural. Sin embargo, hoy en día, la situación ha cambiado a marchas forzadas y se puede residir EN el campo sin vivir DEL campo.
Los pueblos están abiertos a nuevos vecinos, pero ni regalan nada, ni tienen que ser un camino de rosas. La adaptación y «éxito» dependerá de las expectativas, presupuesto, motivación y circunstancias de cada uno.
Los blogs nunca rentaron lo que esperábamos, y depender de los algoritmos de Google y otros elementos es arriesgado. Cuando se agotaron todos nuestros ahorros, fuimos rescatados por el amor incondicional y esfuerzo de la familia y ha sido años después que, gracias a diversificar el trabajo y dejar que madure todo lo sembrado, podemos decir que lo hemos conseguido y que no nos arrepentiremos por no haberlo intentado.
Nuestro hijo ha crecido con la presencia y el tiempo de sus padres, respiramos oxígeno puro y vivimos de trabajos vocacionales de los que nos sentimos orgullosos y agradecidos: los blogs, nuestra escuela de cocina online “Deliciosamente Sano”, clases presenciales de cocina, showcookings, conferencias, diseño de recetas, colaboraciones con una empresa de conservas de verduras, gestionar redes sociales relacionadas con la vida sana y nuestro próximo proyecto sobre HOGAR CONSCIENTE.
Como MORALEJA os invito a tomar vuestras propias decisiones escuchando vuestro interior, pasar a la acción con sensatez y estrategia adaptada a vuestras circunstancias personales y, ya que decidas lo que decidas la Vida pasa peajes, apostar por vivir en coherencia y Luz…
Hola M.Carmen y Ángel,
aunque ya conocía vuestra historia y trayectoria (soy lectora de vuestros blogs desde hace años), este post me ha llegado en un momento crucial y en el que estoy especialmente sensible con el tema.
Soy de Andalucía pero llevo viviendo en Madrid 17 años ya. Y desde hace unos 3-4 años se está removiendo algo en mi, y los describís a la perfección. Tengo ahora 39 años, un hijo de 5 años y una hija de 2 años: no dejo de replantearme qué vida quiero llevar…. y sé que no es la que tengo a día de hoy en Madrid. Nada de lo que tengo se corresponde con mis anhelos: ni la ciudad, ni el entorno, ni el ritmo de vida, ni el consumismo desmesurado que te impone una ciudad tan grande, ni el trabajo que desempeño…..
La angustia que vivo por esto es cada día más grande. Pero los miedos paralizan, bloquean…. Después de muchos debates sobre el tema entre mi pareja y yo…. parece que por fin estamos alineados (a él le ha costado un poco) y estamos decididos a dar el paso. Irnos de Madrid, e irnos a mi pueblo. Pero cuando leo en muchos sitios que hay que tener una estrategia para dar el paso….. la verdad es que no tenemos una, porque como vosotros, tendrá ser dejar lo que tenemos aquí (trabajos fijos, casa…) y empezar de nuevo sin saber realmente qué vamos a hacer allí.
Y tendremos que reinventarnos porque ambos trabajamos aquí en el sector de la publicidad y el audiovisual!! Yo estoy deseando dejar mi trabajo porque mis valores no tienen nada que ver con él (publicidad). A mi pareja le gusta su trabajo pero no le gusta las jornadas interminables que tiene (entre 12-14 horas).
Y la verdad es que nos vamos a ir pero sin saber a qué nos vamos a dedicar allí…. creo que hasta que no estemos allí y soltemos todo lo que nos ata aquí.. no podremos avanzar…..
Cómo lo veis? Un poco locura?
Que me vais a decir vosotros que también lo hicisteis en su día…..
Gracias por ser tan inspiradores, realistas y por aportar luz.
Saludos.
Perdón, M.Mar!! no M.Carmen!!! lo siento!!! jejejejeje
Hola Moniqueta
Gracias por tus palabras
La verdad es que vivir en la montaña (si te gusta y es una decisión voluntaria) es sencillo en esta época de internet, coche y calefacción; el reto es ganar dinero desde el pueblo. Y esto es un tema de emprendimiento y rentabilizar tu proyecto y no de ser neo-rurales. Muchas personas se irían a vivir a un pueblo, pero necesitan otra fuente de ingresos. Son aspectos distintos, aunque complementarios.
Me estoy planteando seriamente ofrecer una conferencia gratuita sobre este tema con claves prácticas para quienes quieran dejar la ciudad y separar «el grano de la paja». Mi marido ya co-publicó un libro al respecto «BIENVENIDO AL CAMPO». http://bienvenidoalcampo.com/
Te mando un mail privado con ideas.
Bss y ÁNIMOS 🙂
MMar