Hola lectores y cocinitas alternativos
Un blog de cocina como este da mucho de sí porque no sólo podemos hablar de recetas sanas, sino también de muchos aspectos relacionados con la vida cotidiana, la sociedad y la evolución.
Crónica de un día histórico (en mi familia)
Este domingo hemos asistido junto con la familia y amigos al nombramiento de mi padre, Santiago Jiménez, como Embajador de la Fundación Atapuerca reconociéndole así ser una «figura clave en la promoción y difusión del proyecto de investigación».
Atapuerca es uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del mundo y que ha re-escrito los conocimientos sobre Evolución Humana con sus descubrimientos e investigaciones sobre distintas especies de homínidos.
En pleno yacimiento y bajo el sol intenso de Burgos escuchamos de los 3 co-directores (Carbonell, Bermúdez y Arsuaga -como los tres tenores pero en versión paleo-científica :)-) cómo conocieron a mi padre, allá por 1978, su contribución a la divulgación del lugar, cómo vive el «espíritu Atapuerca» y su reconocimiento a través de este homenaje.
Aquí veís a mi padre, agradecido y emocionado, junto con mi hermana pequeña Esther y dos amigas de la familia, María y Davinia.
Foto de mi tía Marisol
Y aquí estoy yo con mi hijo aprendiendo del lugar y todo lo que nos contaba el guía. Abajo mi madre de rosa, Samael y amigos y familiares.
Fotos de mi tía Marisol
Cocinar nos hizo humanos y nos hará libres
Además de compartir con vosotros las vivencias de este día y el orgullo familiar, Atapuerca es un buen lugar para reflexionar sobre de dónde venimos y a dónde vamos, y, centrándonos en la cocina, sobre qué comían nuestros antepasados y si con el progreso hemos mejorado o no.
Y la respuesta no es muy positiva.
«Nuestra capacidad para mejorar el consumo y aprovechar los alimentos es la clave para entender el salto evolutivo que nos separó del resto de los simios (…) No somos lo que comemos, sino el cómo lo comemos»
Richard Wrangham, primatólogo y profesor de Antropología Biológica de la Universidad de Harvard«El primer gran cambio en la alimentación se produjo cuando descubrieron lo que había bajo el suelo: los tubérculos y rizomas, verdaderas bombas energéticas. Aquello fue un salto importante, porque podían obtener más energía, lo que les aseguraba un éxito reproductivo mayor y su supervivencia»
Eduardo Angulo, biólogo celular y profesor de la Universidad del País Vasco, autor de «El animal que cocina. Gastronomía para homínidos»«Los homínidos comenzaron a cambiar su dieta casi exclusivamente vegetariana por otra con más contenido en proteínas y grasas de origen animal e iniciamos un proceso para lograr una inteligencia cada vezmayor y única entre los primates. (…) Comer carne no nos hizo más inteligentes, pero para conseguir esta fuente de energía tuvimos que tener unas capacidades intelectivas que no necesitaban los australopitecos»
José María Bermúdez de Castro, paleoantropólogo y codirector del yacimiento de Atapuerca, autor del libro «Hijos de un tiempo perdido: la búsqueda de nuestros orígenes» y otros libros«Los hombres tenemos una apetencia hacia el azúcar y la grasa, que en la naturaleza se encuentra en cantidades limitadas. Entonces la industria nos los ofrece en grandes proporciones y no hay cuerpo que se resista a eso porque nuestra biología nos empuja a ello (…) La comida es una metáfora de la sociedad en su conjunto (…) la complejidad en la que vivimos refleja un mundo en el que los seres humanos son consumidores (…) Somos inteligentes pero insensatos. Somos poco previsores, unos insensatos inteligentes»
Juan Luis Arsuaga, paleontólogo, codirector de Atapuerca y autor de varias obras
Dicen los expertos que la cocina es un rasgo distintivo y único de la especie humana y que fue preparar la comida y no comerla sólo cruda o desgarrada lo que nos conviritó en personas y nos separó de los antepasados simios.
Además, la incorporación a la dieta de determinados alimentos, como la carne, permitó un cambio evolutivo en la especie humana que tuvo repercusiones fisiológicas -tanto en el tubo digestivo como en el cerebro-, de distribución del tiempo, de organización y sociales.
Y si la comida y la cocina han servido para evolucionar, miles de años después también pueden servir para lo contrario. En este blog hemos hablado en numerosas ocasiones del poder de los fogones conscientes, de que en las últimas décadas se ha dejado de cocinar y ya no hay comida de verdad en nuestros paltos y que esto tiene consecuencias graves sobre nuestra salud y la del planeta.
No hace falta seguir la dieta del hombre de Atapuerca (nos contó el guía que comían a los niños del enemigo :(), pero sí aprender al menos de la comida de nuestras abuelas: casera, de temporada, llena de alimentos frescos y no comestibles y procesados, con poca proteína animal y azúcares y llena de nutrientes y vida.
Lo que un día fue un salto para la Humanidad, también se podría convertir hoy en un avance moderno si recuperamos el poder de la cocina sana casera.
Cocinar es revolucionario, explica Michael Pollan, porque te hace menos consumista-zombi de la comida ultra-procesada de las corporaciones y te convierte en un ser más libre y más sano.
De las muchas cosas que aprendí en esta visita a Atapuerca es que tampoco hemos cambiado tanto. Aunque infravalorado socialmente, la cocina es un lugar alquímico y donde se fragua el futuro…
¿Te apuntas a la revolución de los fogones sanos?
feilicitacion! y recuerdos a tu Padre y toda la familia !
Felicita a tu padre de nuestra parte y dale un abrazo muy fuerte.
Se lo merece por su dedicación. Es una persona extraordinaria.
Saludos
Mi más sincera enhorabuena a tu padre y a toda la familia por ese reconocimiento.
Gracias a ti por compartir la noticia y por tus reflexiones sobre la cocina. Yo también creo que tenemos que hacer «revolución» desde los fogones.
Un saludo,
Tu padre es un sabio y una persona muy importante por sus conocimientos y divulgación de la Mineralogía y otras disciplinas . Me alegro mucho. Enhorabuena.
Gracias a todas por vuestras felicitaciones.
Me encanta toda la sabiduria que los mayores nos pueden aportar, para mi tiene un valor incuestionable.