Nuestro hijo tiene casi 10 años y ya no necesita una trona (aunque a veces las añoro porque en esa época tardaba menos en comer :)) pero tengo bastante claro qué criterios valoraría a la hora de elegir una.
Da igual si la familia apuesta por el baby lead weaning (la llamada «alimentación complementaria a demanda» en la que los bebés pasan directamente de la lactancia a los sólidos comiendo ellos solitos trocitos pequeños de alimentos cocidos o crudos) o son de papillas y purés clásicos, la realidad es que en ambos casos se mancha mucho y eso es parte del crecimiento de nuestros hijos. Como madre veterana aconsejo a quienes se enfrenten a dar la comida a los peques: paciencia, des-dramatizar y facilitarnos las cosas.
Nosotros teníamos una trona de madera que ha tenido una mala vejez y costaba limpiarla, aunque era modernísima, y ahora preferiría formas redondeadas y facilidad de limpieza.
Gusto, es la trona de la marca Inglesina, que está pensada para simplificar la vida de los padres a la hora de comer.
Además de la fácil limpieza (la bandeja de servicio de la trona puede desmontarse y ser lavada en el lavavajillas y el revestimiento acolchado es extraible y se puede limpiar fácilmente a mano), también está diseñada para que sea muy versátil en cuanto a regulación, seguridad y plegado cuando no se utiliza.
Por ejemplo, la altura se regula en 4 posiciones y la trona es adecuada desde que los niños se mantienen sentados solos. El asiento, el reposapiés son regulables y el arnés de seguridad también son regulables. Tiene ruedas posteriores para desplazarla y una vez plegada ocupa muy poco espacio y se mantiene en pie sin necesidad de soporte alguno.
Y algo a tener en cuenta: ¡que no haya que leerse un manual para usarla por favor! Esta trona es muy sencilla de usar y regular y puede ayudar a que la hora de la comida del bebé sea más Gusto que disgusto…
Más información: trona Gusto
