No me sorprenden las caras de felicidad de muchas personas al contemplar los almendros en flor porque estos árboles nos ofrecen uno de los espectáculos más bellos de la Naturaleza.
El almendro anuncia con su temprana floración el renacimiento de la luz en el campo y de hecho, en hebreo, LUZ y almendra se designan con la misma palabra. Muchas culturas la han valorado como se merece y la consideraban la “la fruta de la longevidad“ porque su lista de propiedades es larga.
Además de rica en calcio y proteínas, es una fuente excelente de grasas cardiosaludables, ayuda a regular el coelsterol y fortalece los huesos. Además, es el fruto seco con mayor aporte de vitamina E -que ejerce un valioso papel antioxidante- y una de las pocas fuentes vegetales que contiene arginina, un aminoácido esencial para los niños.
Aún así, este nutritivo fruto seco no está presente en muchos hogares y algunos solo lo asocian a los turrones de Navidad (que son un dulce-comestible y no un alimento sano); una pena cuando la almendra es un alimento sumamente versátil con el que podemos elaborar/complementar tanto recetas saladas (en ensaladas, para espolvorear sobre verduras, para gratinar, cremas como esta de calabacin y almendras, salsas como la romesco o pestos, …) y dulces como la famosa tarta de Santiago, trufitas (como estas de almendras, naranja y coco), y mucho más.
La dosis recomendada de almendras para una persona sana es de unos 25 gr al día que equivale a 20 almendras y para los niños, un puñado de almendras es una estupenda merienda. Pero otra forma fácil y deliciosa de tomarlas es en LECHE DE ALMENDRAS y esta es la receta.
Como vemos en el vídeo, a diferencia de las bebidas de cereales o legumbres -avena, arroz, soja, …- que debemos cocer, con los frutos secos y semillas solo es necesario dejar en remojo toda la noche, batir y colar. Más sencillo imposible.
Podemos elaborar nuestra leche de almendras con una batidora y un colador, con la Chufamix, con un extractor de zumos o con una máquina de leches vegetales. En todos los casos, necesitamos tan solo:
- 100 gr de almendras crudas con piel. No es necesario pelarlas y conseguiremos igualmente un color muy blanco. Quien quiera pelarlas solo tiene que sumergirlas en agua hirviendo unos minutos, escurrir y pelar. Las dejamos en REMOJO durante más de 12 horas
- 500-800 ml de agua NUEVA -no la del remojo- en función de la densidad de bebida que queramos. Hay muchas proporciones posibles, desde 70 gr de almendras por 1 litro de agua a 100 gr por 1/2 litro. Lo mejor es que encontremos nuestra textura preferida
CON BATIDORA: Se trituran las almendras el máximo posible. Se bate el polvo de almendras con un tercio de agua y después con el resto de agua. Se cuela con un colador de tela o el normal con una gasa encima y la pasta de almendras sobrantes se puede batir con menos agua y colar otra vez.
¿Y cómo endulzamos?
[vimeo]http://vimeo.com/72019614#at=0[/vimeo]
Tenemos muchas posibilidades:
- en el vídeo superior con 2 dátiles y el interior de una vaina de vainilla
- con unas cucharadas de ágave o melaza de cereale so miel
- con una cuaharadita de stevia en polvo
- con canela y la piel de un limón tipo leche merengada
- con un poco de cacao o algarroba
- con coco molido
- y más
A tener en cuenta
- DURACIÓN: Las leches vegetales duran poco, de 2 a 3 días en la nevera
POSOS: apesar de haberla colado bien, los posos de la almendras quedan en el fondo del envase, por eso hay que agitar la leche antes de tomarla - CASCAR: si tienes las almendras con la cáscara, se puede pelar con un martillo o este aparato
- PULPA: con la pula sobrante de la almendra podemos enriquecer sopas y cremas o añadir a alguna salsa, a bizcochos y magdalenas o a hamburguesas vegetales. Si no queremos consumirla, para el compost 🙂
- Más info sobre las leches vegetales en el libro “TODAS LAS LECHES VEGETALES”
Que buena página 🙂