“Según el último censo, la población de municipios de menos de 100 habitantes ha aumentado casi un 13% en la última década (…) Hasta hace poco, la agricultura, la ganadería, la artesanía o una vida hippy parecían las únicas opciones que ofrecía el pueblo. Sin embargo, hoy en día, gracias a las nuevas tecnologías, el medio rural también se ha convertido en UNA OPCIÓN para arquitectos, abogados, diseñadores, periodistas, escritores… que pueden ejercer su labor en cualquier lugar. Sólo necesitan una buena conexión a internet”
Cristina Sáez
«Xavi, por amor. Clara, por ganas de vivir en la naturaleza; Itziar, porque por fin las piezas del puzle encajaban; Ángel y Mari Mar necesitaban un cambio de vida; Eva, porque siempre fue de pueblo, la ciudad no va con ella. Son algunas de las razones que han empujado a mucha gente a irse al campo… «
Así empieza un artículo del suplemento del periódico La Vanguardia titulado «Confesiones de neorrurales» (texto y PDF) y que se hace eco de un fenómeno silencioso y discreto pero imparable. El campo llama, más allá de la crisis y la huida de las ciudades forzada, y cada vez más personas cambian su vida y se echan al monte.
Pero no solo está en juego un cambio de residencia, sino que en muchos casos se produce una metamorfosis vital y toca reinventarse laboralmente.
«Están surgiendo negocios prósperos, modernos, que desarrollan nuevos talentos y que permiten que se cree progreso en la zona. Porque hay que revitalizar el tejido social, que está muy envejecido, pero también el empresarial y emprendedor«, asegura Eva María González, coordinadora de Abraza la Tierra, una entidad sin ánimo de lucro que nació en el 2004 con el objetivo de contribuir a frenar la despoblación que sufría el medio rural y que actúa en seis autonomías, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cantabria, Aragón, Madrid y Extremadura.
Cada persona, familia y situación es un mundo. En el artículo podéis ver ejemplos de solteros que se enamoran de alguien que vive en un pueblo y se van allí, de familias con hijos pequeños -como nosotros- que optan por una vida slow y que los niños puedan subir a los árboles, de profesionales a caballo entre la ciudad y el pueblo, … Y también es destacable el fenómeno de las ecoaldeas o recuperar pueblos abandonados (hay más 3.000 en España).
Más allá de la mitificación y creer que vivir en el campo es como Heidi porque, obviamente, tiene sus desventajas y dureza, es un hecho que existen alternativas al estilo de vida convencional y que el entorno rural permite que muchas de ellas se lleven a cabo.
Recientemente conté mi historia en El Periódico de Cataluña y en este caso, es a mi marido a quien han entrevistado en La Vanguardia. La foto es de ambos con nuestro hijo, Samael, cuando llegamos al pueblo hace unos 3 años.
Fuente: La Vanguardia, texto del artículo y PDF
—
Y para que nuestra experiencia, y sobre todo nuestros errores, puedan ser útiles para otras personas que se planteen dar el paso, Angel González y Ramiro Palacios han escrito un libro (digital e impreso) que está en el horno y verá la luz próximamente: «BIENVENID@ AL CAMPO: experiencias y oportunidades en el mundo rural»
¿Escuchas la llamada de la montaña? ¿Y a qué esperas?