«El Mood Food, o comida del buen humor y la felicidad, es una nueva tendencia dietética que promueve el consumo de alimentos ricos en nutrientes o sustancias que activan neurotransmisores cerebrales como la serotonina o las endorfinas, implicados en la euforia, el placer y la alegría de vivir»
Sabemos sobradamente que los alimentos influyen en la salud y en la enfermedad, física y emocional. El Mood Food, o comida del buen humor y la felicidad es una línea dietética que explica qué alimentos levantan el ánimo y cuáles favorecen la depresión.
No es nada nuevo pero «investigadores del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), y de otras instituciones científicas, empezaron a descubrir los mecanismos fisiológicos por los que un determinado nutriente activa mediadores cerebrales que nos hacen sentir de mejor humor, aumentan nuestro confort espiritual, mejoran nuestro tono vital, promueven la autoestima y nos hacen menos vulnerables al desánimo o a la depresión». Por ejemplo, en los años 80 los científicos del MIT ya decían que podría ser más efectivo tomar todos los días un puñadito de cerezas que cualquier antidepresivo de síntesis.
Todo esto lo explica el divulgador Miguel Angel Almodovar en su libro «Mood food. La cocina de la felicidad» y junto con 16 chefs propone recetas con ingredientes felices.
Son propuestas omnívoras con abundancia de alimentos vegetales y el autor critica los errores de la dieta occidental media como las grasas trans, la comida preparada, los tóxicos, las carnes rojas, los azúcares refinados y la leche, y defiende la dieta mediterránea aunque ya no se practica en España.
En una época en la que, paradójicamente, tenemos un conocimiento enorme y muy superior al que tuvieron generaciones anteriores, parece que nos basta con saber que la dieta mediterránea es estupenda. En nuestro subconsciente colectivo hemos llegado a creer que los beneficios de la dieta mediterránea vienen derivados de haber nacido en el Mediterráneo pero ¡Hay que practicarla! España es uno de los países que, en décadas, se ha alejado más de ella. Y el efecto inmediato, sobre todo en niños es que estamos a la cabeza de obesidad infantil. Esto es una bomba de relojería para el futuro porque estos niños van a ser diabéticos muy pronto, van a tener problemas de hipertensión, de colesterol… Y todo eso se debe a que hemos abandonado el consumo sobre todo de legumbres o el pan porque alguien les ha puesto la etiqueta de que engordan (…) Los niños daneses comen como 10 veces más naranjas que los valencianos quizás porque, como no las tienen, las valoran más.
Recientemente se han publicado 2 entrevistas sobre Mood Food:
- La Vanguardia: «Hay que tomar un plátano cada día»
- «Crearte Magazine», revista online de coaching: artículo y pdf revista
[youtube]http://youtu.be/Knt8bTfvYYE[/youtube]
A continuación recogemos algunos extractos sobre los alimentos recomendados para la felicidad y los contraindicados:
Alimentos felices
Se puede conseguir la felicidad comiendo aunque hay que tener siempre presente que los alimentos, como los medicamentos, no hacen un efecto inmediato, sino que hay que ser perseverante y acompañar la dieta con estilos de vida saludable, como hacer ejercicio regularmente y alejarse de tóxicos como el alcohol, el tabaco, las drogas, las monodietas y “dietas milagro”, los precocinados y la comida basura o chatarra.
La dieta de la felicidad es una dieta rica en:
- ácidos grasos omega-3, como el pescado azul y las nueces;
- abundante en vitaminas del grupo B, especialmente en B1 o tiamina, presente en la carne magra de cerdo, el jamón, los pistachos o las avellanas;
- en B6, del que son fuente las sardinas, lentejas y garbanzos o trigo integral;
- en B9, que está en el hígado de pollo, las espinacas y las judías pintas;
- B12, presente en los riñones de cordero, la pechuga de pollo los huevos y el salmón;
- fuerte en zinc, mineral que actúa como calmante nervioso y que está implicado en los procesos cognitivos y meorísticos, presente en ostras, hígado de ternera, jamón, chocolate negro y pipas de calabaza;
- y generosa en magnesio, un antidepresivo natural del que son fuente el chocolate negro, las nueces, el arroz integral, las legumbres y las pipas de girasol.
OTROS ALIADOS
Evidentemente las frutas y verduras ricas en fibra porque eliminan el estreñimiento que es una de las fuentes fundamentales del mal humor. También son buenos los cereales integrales y las espinacas crudas.
Y una guindilla en la comida viene estupendamente porque los picantes tienen una sustancia que se llama capsaicina que es el componente fundamental de todos los linimentos. Produce una sensación de quemazón que el cerebro malinterpreta pensando que lo están agrediendo y lo que hace es producir una descarga de endorfinas que contrarrestan ese efecto. Así que tomar un chile al principio de la comida nos va a producir un inmediato placer.
El aguacate se debería consumir casi a diario. La piña natural. Se debería consumir casi cada día. Es un antinflamatorio, lo cual tiene que ver con muchísimos procesos que producen mal humor e irritabilidad. Además, tomar piña es la mejor forma de digerir las proteínas animales. Así que si comemos carne roja, mejor con piña. También los garbanzos son imprescindibles. Aportan fenilalanina, que reduce la velocidad de descomposición de las endorfinas, que ayudan a mitigar el dolor y a prolongar el buen humor. También tienen vitamina B1, que potencia los efectos de la acetilcolina, que frena los estados de irritabilidad.
Deberíamos tomar plátano todos los días. Activa la serotonina, relacionada con el placer, el buen humor y el confort espiritual. Además de por su alto contenido en potasio, que equilibra el exceso de sodio que nos aportan productos manufacturados y enlatados que consumimos habitualmente. Hay quien ha dicho que tomar un plátano cada día es más eficaz contra la hipertensión que cualquier medicamento. Evidentemente, no es lo mismo tener una hipertensión disparada que tener un inicio… Pero es un alimento que nos procura salud física y también mental. Así que todos los días un plátano y un chocolate a la taza.
MENÚ
El pa amb tomàquet, es un auténtico producto mood food porque el pan (mejor integral) tiene hidratos de carbono que dan energía y fibra. Podemos frotar el ajo con el pan. El ajo crudo porque es protector del sistema inmunitario y un excelente bactericida. El tomate es muy rico en fenilalanina que es un activador de la norepiefedrina cerebral. Es un neurotransmisor que tiene que ver con el confort, con el ánimo… Si a eso le añades el chorrito de aceite de oliva, que un excelente desatascador de arterias, el flujo sanguíneo será mejor.
A media mañana podemos tomar un puñado de frutos secos, especialmente nueces, que tienen ácidos grasos omega 3, y una manzana. Para la merienda es imprescindible una taza de chocolate a la taza que nos va a proporcionar teobromina que es una sustancia que activa los neurotransmisores relacionados con el placer. El chocolate es un buen sustitutivo del sexo porque pone en funcionamiento los neurotransmisores que se descargan durante el orgasmo. Además, aporta una gran cantidad de magnesio, que es fundamental porque tiene que ver mucho con el funcionamiento general del sistema nervioso.
Toda las noches deberíamos tomar sardinas en aceite. El aceite lo que hace encapsular, proteger los ácidos grasos omega 3 (que mantienen en alerta nuestro sistema nervioso) que tiene el pescado azul y especialmente las sardinas. Dos o tres veces por semana, ya sea para comer o para cenar, también podemos tomar carne de pollo o de pavo.
VINO
El vino es un alimento convivencial, y nos aleja del preocupante aumento del consumo de refrescos y de alcoholes destilados, que en general son auténtico veneno. Ya lo dijo Fleming: “Posiblemente lo que cure sea la penicilina, pero lo que hace feliz a la gente es el vino”. Y tomado con moderación, dos vasitos en la comida y dos en la cena, puede reducir hasta en un 30% el riesgo de accidente cardiovascular.
Fuente
Alimentos depresivos
Quizá el ejemplo que nos pueda resultar más familiar son las dietas pobres en fibra que inducen el estreñimiento, una vía segura hacia el mal humor y el disconfort, como a cada paso nos recuerdan los spots televisivos de laxantes; las escasas en vitaminas del grupo B, que incrementan el ácido láctico e inducen el agotamiento físico y mental; y las muy generosas en grasas saturadas, que provocan una sobrecarga de trabajo en el hígado y dificultan las funciones hepáticas.
Para el final he dejado lo que quizá debería estar al principio, y es el consumo de grasas vegetales parcialmente hidrogenadas o más popularmente “trans”, tan presentes en la dieta contemporánea en forma de bollería industrial, margarina, hamburguesas y otros productos fast-food, pizzas precocinadas, patatas fritas y snaks. Como ha demostrado recientemente un equipo de la Universidad de California dirigido por la doctora Beatrice Golomb, estas grasas se relacionan significativamente con mayores niveles de agresividad, estallidos de ira y depresión, debido a que estos ácidos grasos trans interfieren en la metabolización del omega-3. Sabemos que la ingesta de grasas trans incrementa extraordinariamente el riesgo de aparición de enfermedades cardiovasculares, y padecer un infarto o un ictus, además de que también es algo que pone de bastante mal humor.
A todo ello hay que añadir prudencia en el consumo de carnes rojas, que favorecen la irritabilidad y la agresividad. Según la Organización Mundial de la Salud, tomar estas carnes tres veces al mes es más que suficiente y, sin embargo, no son pocos los que las ponen en su menú casi a diario.
La leche es un alimento excelente para los terneros y no tanto para los humanos a partir de los 12 años, cuando se reduce sensiblemente la producción de lactasa, la enzima que fracciona la lactosa. En casos de lecheadictos, se puede tomar leche desnatada.
También son un riesgo las famosas monodietas como la Dukan que lo que hace es producir una sobrecarga de trabajo en el hígado y en los riñones. Cuando el funcionamiento hepático no es bueno se traduce en mal humor, dejación de prestaciones sexuales… También las grasas trans entorpecen el funcionamiento hepático. Y tampoco son buenos los azúcares refinados que modifican el nivel de azúcares en sangre y desestabilizan, lo cuál genera muchísimo mal humor.
¿Cuántos alimentos felices tenéis en la despensa?