La cifras son alarmantes porque 1 de cada 4 mujeres y 1 de cada 3 hombres enfermarán de cáncer a lo largo de su vida en el mundo occidental. Pero no es una maldición divina y no es cierto que no podamos hacer nada al respecto. En nuestras manos tenemos las armas más poderosas para evitar la enfermedad o para favorecer su curación una vez contraída: una alimentación y estilo de vida saludable.
La Dra Odile Fernández, médico, superviviente de un cáncer muy grave, experta en factores que causan cáncer a raíz de estudiar en profundidad todas las investigaciones científicas al respecto para curarse, divulgadora comprometida y gran «despertadora de conciencias» ha publicado un completísimo libro titulado «Mis recetas anticáncer. Alimentación y vida anticáncer» (541 páginas)
Ya conocíamos su libro anterior «Alimentación anticáncer» pero el nuevo va mucho más allá de la dieta y también explica los tóxicos presentes en el hogar, laos cosmésticos, el ejercicio, la actitud mental, el papel de la genética o la eficacia de terapias naturales. Es decir, una vida anticáncer en un sentido global y holístico.
Odile afirma que «el cáncer es un delincuente que se puede reinsertar» y con una amplia base científica (cita 1196 estudios) explica las intervenciones que pueden ayudar a nuestro organismo a eliminar las células malignas y ganar salud.
Este es el ÍNDICE del libro y a continuación adjuntamos un capítulo del libro sobre la relación entre dieta y cáncer:
DIETA Y CÁNCER
Existe una gran correlación entre lo que comemos y las enfermedades que desarrollamos.
Habitualmente adoptamos la dieta y el estilo de vida del país en vivimos. Pues bien, según cual sea ese país, la repercusión del varía, así como la incidencia de los diferentes tipos de cáncer.
En los países asiáticos la incidencia de cáncer de próstata es 25 veces menor que en Occidente (Europa y Estados Unidos), y la de cáncer de mama diez veces menor. Cuando un asiático emigra y se va a vivir a Estados Unidos y adopta el estilo de vida y alimentación americano, las tasas de cáncer por las que puede verse afectado son similares a las de la población americana.
El 30-35% de los cánceres son debidos a la dieta, pero la dieta que adoptemos no sólo influye en la prevención del cáncer, sino que también lo hace, y mucho, sobre la evolución y progresión de éste.
Mucha gente piensa que una vez que le han dicho que tiene cáncer ya no hay nada que hacer y que por mucha fruta y verdura que coma lo único que puede ayudarle a vivir es la quimio. Pues no, los cambios en la alimentación pueden ayudarte a superar el cáncer y mejorar la calidad de vida durante los tratamientos de quimio y radioterapia.
La influencia de la dieta sobre el cáncer varía dependiendo del tipo de cáncer. En el caso del cáncer de próstata el peso de la dieta es de un 75%.
A través de la dieta no sólo ingerimos alimentos, sino que tomamos grandes cantidades de tóxicos que pueden ser cancerígenos: pesticidas, nitrosaminas, nitratos, dioxinas, aditivos, etc. Y todos estos tóxicos podemos eliminarlos en gran parte de nuestra alimentación consumiendo productos ecológicos y suprimiendo la carne de nuestra dieta; con este sencillo gesto ya estaremos plantando cara al cáncer.
Veamos cómo influye la alimentación en los cánceres más frecuentes en el mundo occidental.
Cáncer de mama y alimentación
El cáncer de mama se relaciona con una dieta rica en azúcar, mentos refinados, grasas y proteína animal.
A mayor consumo de azúcar, alimentos refinados y derivados de la carne, mayores hormonas femeninas en sangre (progesterona y estrógenos). La menopausia se presentará de forma tardía y la menarquía temprana y, en consecuencia, las hormonas más tiempo estarán actuando sobre el tejido mamario.
Los niveles de estrógenos nos hablan del riesgo de padecer cáncer de mama. El cáncer de mama es un tumor hormonodependiente. Depende los niveles anormalmente altos de hormonas sexuales (estrógenos y progesterona) en sangre.
Los estrógenos participan directamente en el proceso canceroso. Una alta ingesta de grasas saturadas en nuestra dieta aumenta en un 13% nuestros riesgo de padecer cáncer de mama.
Las mujeres chinas tienen un nivel de estrógenos en sangre entre 2,5 y 3 veces menor que las europeas y americanas. Esto es debido al tipo de alimentación de cada grupo. Las dietas ricas en grasas y proteína animal y pobres en fibra y vegetales producen unos niveles muy elevados de estrógenos.
Se puede evitar el riesgo de padecer cáncer de mama mediante el consumo de alimentos que regulen los niveles de estrógenos. Sin embargo, los médicos no solemos dar este tipo de información ni a las mujeres sin cáncer ni a las que ya lo padecen. Principalmente por falta de información. En las facultades de medicina se enseña mucha teoría, muchos conocimientos de fisiología y muchos datos que olvidas tras el examen de turno, pero no nos enseñan medicina preventiva práctica. No nos enseñan que no basta con lo que te cuenten en la facultad, que tenemos que investigar constantemente y estar al día de los últimos descubrimientos científicos. Los laboratorios farmaceúticos se encargan de enseñarnos las últimas novedades en cuanto a fármacos se refiere, pero nadie nos habla de cómo influye la alimentación o el ejercicio en el desarrollo y evolución de la enfermedad. Los médicos debemos tener más inquietudes científicas y pensar más en que en prevenir que en curar. La medicina preventiva debería ser la base del sistema sanitario y no intervenir para poner el parche una vez desarrollada la enfermedad.
En el caso del cáncer de mama lo que suele hacer la comunidad médica es prescribir durante cinco años un tratamiento con tamoxifeno a las mujeres que lo han padecido. El objetivo del tratamiento con tamoxifeno es bloquear los estrógenos e impedir que sigan actuando sobre el tejido mamario, y con ello evitar que el cáncer vuelva. Pues bien, a estas mujeres les prescriben durante cinco años un fármaco que como efectos secundarios puede producir cáncer de endometrio y tromboembolismos, pero no les dicen que además de esto dejen de tomar azúcar, carne y productos refinados, y mucho menos que tomen alimentos con fitoestrógenos que regulen los niveles de estróg cifrculantes en sangre. Si se toman el tamoxifeno pero siguen tomando alimentos que alteran sus hormonas y además no realizan ejercicio físico, el fármaco tendrá más difícil su labor de regular las hormonas femeninas. Éste es uno de los muchos ejemplos sobre lo que es poner el parche pero no ir a la raíz del problema.
El cáncer de mama y ovario se relacionan con dos genes, e y el BRCA-1 y el BRCA-2. Cuando existe una mutación en estos genes, las posibilidades de padecer estos dos cánceres aumentan. Esta mutación es heredable y una de cada quinientas personas es portadora de la mutación. Pero aunque tengamos esta mutación no implica que desarrollemos cáncer. Los factores medioambientales y nutricionales juegan un papel primordial para que estos genes se inhiban o se expresen. La mitad de las mujeres que son portadoras de esta mutación no desarrollan cáncer. Para que se expresen estos genes y se produzca cáncer es necesario que la mujer siga una dieta rica en proteínas animales y azúcares.
Las mujeres que presentan esta mutación se someten de forma anual o bianual a mamografías desde edades tempranas. Al hacer tantas mamografías se detecta el cáncer de mama en estadios tempranos, pero no se previene. Es más, las radiaciones frecuentes pueden aumentar el riesgo de padecer cáncer. Las mujeres que se someten a mamografías frecuentes sólo tienen un índice de mortalidad levemente inferior a las que no se las hacen.
Cuando existe una marcada historia familiar de padecer cáncer de mama, a muchas mujeres se les ofrece la posibilidad de tomar tamoxifeno de forma preventiva e incluso realizar una mastectomía. Pero a ninguna se le ofrece la opción de seguir una dieta sana y equilibrada que regule los niveles de estrógenos. ¿Por qué gastamos tanto dinero en un fármaco que tiene tantos efectos secundarios y no promocionamos una dieta vegetariana sin productos azucarados? La respuesta es: no interesa económicamente.
Hay sustancias químicas presentes en el medioambiente que elevan los niveles de estrógenos. Estas sustancias se llaman xenoestrógenos. Entre ellas encontramos las dioxinas y los policarburos. Estas sustancias no se metabolizan y se acumulan en nuestro organismo, especialmente en la grasa y en la leche materna, y favorecen la aparición de cáncer.
Hay otras sustancias que sí se metabolizan y se relacionan con el cáncer de mama. Son los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) presente en los tubos de escape, en el humo de fábricas y del tabaco, y en los productos derivados del petróleo. Los HAP favorecen la expresión de los genes BRCA-1 y BRCA-2.
La ingesta abundante de fibra procedente de las verduras se ha relacionado con una reducción de un 10% en el riesgo de padecer cáncer de mama.
El consumo de alcohol también se relaciona con el cáncer de mama: por cada 10 g de alcohol que consumamos al día, nuestro riesgo de padecer esta enfermedad aumenta en un 10%.
Cáncer de próstata y alimentación
El cáncer de próstata es el más relacionado de todos los tumores con la alimentación, siendo este factor el responsable del 75% de estos cánceres.
La próstata es un órgano sexual masculino situado entre la vejiga y el colon. Es el cáncer más frecuente entre la población americana y europea, siendo extraordinariamente raro entre la población japonesa y china.
En Estados Unidos la mitad de la población presenta cáncer de próstata latente, es decir, lo padecen pero no se les ha diagnosticado. Es un cáncer de progresión lenta y poco agresivo, sólo el 7% de quienes lo padecen fallecen a los cinco años.
El índice de cáncer de próstata varía mucho de un país a otro. Los países con estilos de vida y alimentación occidental son los que más padecen este cáncer. Los hombres que viven en países con bajas tasas de cáncer de próstata y se trasladan a países donde esta tasa es alta adoptan la misma probabilidad de cáncer que la población a la que se trasladan. Esto indica que la dieta y los hábitos de vida están estrechamente relacionados con el cáncer.
El cáncer de próstata se ha relacionado especialmente con el consumo de leche animal y derivados. Los hombres que más lácteos consumen tienen el doble de riesgo de padecer cáncer de próstata y un riesgo multiplicado por cuatro de sufrir metástasis en comparación con aquellos que apenas consumen lácteós.
El consumo de lácteos implica la elevación de una hormona fundamental para el cáncer, la IGF-I. Esta hormona es responsable del crecimiento descontrolado de las células cancerosas. Cuando los niveles de esta hormona están elevados en sangre el riesgo de padecer cáncer de próstata es cinco veces mayor. Cuantos más y más lácteos consumimos, más IGF-I produce nuestro cuerpo.
Sin embargo, un alto consumo de soja fermentada y tofu se ha asociado a una menor incidencia de cáncer de próstata.
Cáncer de estómago y alimentación
La sal y los alimentos salados, ahumados y mal refrigerados aumentan el riesgo de padecer cáncer de estómago. Deberíamos consumir menos de seis gramos de sal al día (una cucharadita de café) para prevenir el cáncer de estómago. Es mejor utilizar hierbas y especias para sazonar los alimentos que la sal. Además, las especias tienen propiedades anticancerígenas como veremos.
Cáncer de colon y alimentación
El consumo bajo de verduras y fibra y el alto consumo de carne se han relacionado con una mayor incidencia de cáncer de colon.
Sin embargo, la ingesta frecuente de vegetales, fruta y pescado dismien el riesgo de padecerlo. El 66-75% de estos tumores podrían evitarse con una dieta rica en vegeales y pobre en carne, acompañada de ejercicio físico regular y el abandono del alcohol.
Consumir 21-22 g de fibra al día disminuye un 25% el riesgo de padecer cáncer de colon. El consumo de alcohol también incrementa el riesgo de padecer cáncer de colon.
Cáncer de de boca, faringe y esófago y alimentación
Una dieta rica en fruta y verduras junto al abandono del hábito de fumar y beber alcohol podría prevenir el 33-50% de los casos de cáncer de boca y faringe.
Cáncer de pulmón y alimentación
Fumar es el mayor factor de riesgo en el desarrollo de cáncer de pulmón. Sin embargo, la alimentación también influye en la aparición de esta enfermedad.
La alta ingesta de fruta y verdura disminuye el riesgo de padecer este cáncer en un 40%; por cada 100 g de verdura que consumamos el riesgo se reduce un 12%. Esto es especialmente importante en fumadores. Además de la cantidad de fruta y verdura consumida, es importante la variedad. El riesgo de padecer cáncer de pulmón disminuye 3% por cada dos frutas y verduras diferentes que consumamos. A mayor variedad, más disminución del riesgo.
Si no puedes dejar de fumar, al menos consume abundante fruta variada y verduras.
Cáncer y alimentación
El riesgo de padecer cáncer de cualquier localización disminuye si aumentamos el consumo de fruta y verdura. Por cada 200 g de fruta verdura que ingiramos al día nuestro riesgo de padecer cáncer disminuve en un 3%.
VENTA ONLINE de «Mis recetas anticáncer. Alimentación y vida anticáncer»
—
En La Cocina Alternativa: 24 alimentos anticáncer: nuestra despensa medicinal
Me parece muy interesante el artículo. Me parece muy conveniente que señalan que el cáncer no es «maldición divina», porque ahora mucha gente piensa eso y no se responsabiliza de que por lo que comemos, o lo que pensamos, lo que hacemos o dejamos de hacer es que nosotros mismos nos generamos esas enfermedades.
¿Cómo alimentar y hacer crecer un tumor Canceroso?
http://blog.alkalinecare.com/como-alimentar-y-hacer-crecer-un-tumor-canceroso/
quiero conseguir este libro como hago? no consumo alimentos de origen animal,pero quiero aprender hacer comidas con verduras? soy anticoagulada los vegetales verdes y todo lo que tenga
vitamina k no puedo comer que hago? lo puedo remplazar? en fin me siento desorientado al respecto, saludos
el libro se puede comprar en librerías y online: http://www.eljardindellibro.com/autores/_odile_fernandez.php?pn=750
puedes consultar tus dudas en: http://www.misrecetasanticancer.com/
Saludos
Hola a todos/as, en Julio, cumplo 3 años de dos operaciones de cáncer, ( cólon y metástasis en ovarios) ; gracias a la ciencia por ahora lo voy contando, y además hago vida normal y no tengo secuelas. Estoy interesándome en dietas anticáncer, saludables, porque estoy segura, que mi cáncer fué debido a tanta carne ,leche, azúcares, chocolate, que ingerí durante casi 45 años.
La verdura, fruta , no estaban en mi dieta, gran error……lo pagué caro…pero tengo otra oportunidad de vivir más años y saludablemente, ver crecer a mis hijas, nietos y famili.
Gracias, y ánimo a todos los enfermos de cáncer, lo vas a vencer!!!!