suribachi

Mi suribachi para hacer el gomasio.

No es un trabalenguas, se trata sencillamente de un mortero japonés de cerámica con estrías en su interior, a diferencia de los clásicos lisos, que sirve para triturar semillas y con el que se prepara especialmente un famoso condimento macrobiótico, el gomasio o sal de sésamo, y otras salsas y aderezos.

El gomasio es la mejor alternativa a la sal común porque contiene muy poca sal (la proporción es de 10 a 20 de sésamo por 1 de sal marina sin refinar), aporta numerosos beneficios, como se explica en este artículo, es alcalino y energético.

Para digerir bien las semillas y facilitar la absorción de nutrientes deben estar partidas. Un molinillo de cuchillas muele demasiado las semillas y las convierte en polvo, en cambio, las estrías del suribachi rompe las semillas y consigue así «un equilibrio entre digestibilidad y conservación de la energía vital». («Alimentación yin-yang. Placer y vitalidad» de la experta Raquel Magem)

El cuenco de cerámica recibe el nombre de «suribachi» y el mortero de madera, normalmente de ciprés o de fresno, se llama «surikogi«.

Me compré el suribachi en mi primer curso de cocina energética, junto con el rallador de jengibre y un cuchillo de acero japonés, y apenas lo he usado en varios años, pero ha sido descubrir lo fácil que es hacer gomasio casero y lo saludable que es este condimento y tener el suribachi siempre a mano.

Se vende en tiendas ecológicas con sección de menaje o donde vendan productos japoneses y macrobióticos.

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