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Hace años no existían los moldes de siliciona, ni recipientes con tantas formas como ahora y nuestras antepasadas también cocinaban una repostería para chuparse los dedos. Pero hoy en día lo tenemos más fácil porque han ido apareciendo materiales muy cómodos para trabajar y existe un mayor acceso a ingredientes y accesorios. Lo que necesitamos es tiempo y ganas para entablar una fructífera relación con nuestro horno.

La última incorporación en mi cocina es un molde italinano para bizcochitos que me ha sorprendido por varios motivos:

  • estéticamente es precioso, de colores dorados oscuros haciendo aguas parece la línea «alta costura» de los moldes
  • tiene 3 formas distintas para que sea más variado
  • Cada molde tiene una pequeña hendidura y una vez cocinado el dulce, puedes rellenar ahí mermelada, una gelatina de fruta, … y conseguir así un contraste de texturas y sabores

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Se trata de la marca italiana Pavoflex Homedition que tiene una amplia y original gama de productos para la cocina de silicona 100% platino y que resiste temperaturas desde los -40º hasta los +280º y son lavables en el lavavajillas.

El molde viene en una caja y tiene una muy buena presencia, lo que le convierte en una opción adecuada de regalo para personas cocinitas y caprichosas, como yo 🙂 De hecho, este molde, junto con el accesorio para hacer huevos cuadrados y una bombonera en forma de cupcake son los regalos de las alumnas de mi cursos de cocina otoño 2012 en Herce (Rioja Baja) y me hicieron una gran ilusión, además de darles utilidad.

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Este molde italinano junto con el de minibrownies de Lekue son ya mis preferidos para nuestros «dulces alternativos«.

Y el estreno ha sido con estas magdalenas de naranja al jengibre, receta de gala para molde de gala…