LIBROS COMIDAS DE TAPER

«La fiambrera tiene sus pros y sus contras. Ventajas: sabemos qué comen nuestros hijos, podemos escoger productos de temporada, frescos y de calidad, controlar la cantidad y el modo de preparación y orientar cada receta a sus gustos (judías verdes con tomate o rehogadas, garbanzos en ensalada o en potaje). Pero, ¡ojo! si acabamos por recaer siempre en los mismos platos que al niño le gustan, no cumpliremos con el requisito imprescindible de la variedad y nuestra comida no será mejor que la del comedor por muy casera que sea”
Marta López Capapé, endocrina infantil

Parece que vuelve todo lo que usaban nuestras abuelas: los carritos de la compra, las fiambreras, la comida casera, el comprar a los agricultores y productores locales, la mesura y la sabiduría olvidada.

La crisis general, y en especial en el sistema educativo en España, está haciendo que muchos centros y familias estén rescatando los tapers para ahorrar los más de 100 euros que pueden costar los comedores escolares y para recuperar la comida casera.

Esto no es ninguna tragedia, más bien lo contrario porque, además del beneficio económico, nos podemos ocupar más de la alimentación de nuestros hijos en vez de delagarla en terceros, podemos elegir todos los ingredientes y sabemos lo que están comiendo. Como inconveniente, tenemos que invertir más tiempo de planificación de menús y elaboración pero, con una buena logística familiar, es posible y así lo aprovechamos para que toda la familia coma más sano.

Consejos para la operación fiambrera:

Los expertos advierten que las prisas, el cansancio y el desconocimiento de lo que es realmente una dieta variada y saludable  pueden implicar un uso excesivo de las opciones más fáciles: precocinados, fritos y comida rápida, y nos aconsejan lo siguiente:

  • una tartera diaria completa debe incluir un poco de cada uno de estos grupos nutricionales: carbohidratos (pasta, arroz, patatas, legumbres); vitaminas y minerales (frutas, verduras y hortalizas); proteínas (carne, pescado, huevos, legumbres, pollo) y grasas que, en bajas cantidades y principalmente de origen vegetal, como el aceite de oliva, son necesarias
  • evitar los fritos, los empanados y los rebozados, y no abusar de las salsas, que aportan muchas grasas y son menos saludables
  • apostar por los alimentos a la plancha, hervidos, asados o en guisos como los platos de cuchara tradicionales: sopas, purés, legumbres
  • recurrir al plato único que es más práctico para llevar al colegio y puede ser igual de completo. Hay muchas opciones (menestra con carne, arroz con pollo y verduras, potaje de garbanzos con espinacas y bacalao, lasaña de verduras). Es mejor una receta combinada con pequeñas cantidades de varios ingredientes que una gran ración de un solo alimento.
  • fruta de postre

Este es un ejemplo de menú:

menus

Si necesitamos más ideas y recetas para los menús y saber qué platos son más adecuados para transportar en recipientes, el mercado editorial nos lo pone fácil porque ya se han publicado libros de recetas específicos para comer fuera de casa, destacamos estos 3:

Y respecto a más consejos sobre planificación de recetas, conservación y manipulación de los alimentos, La SEDCA (la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación) ofrece un manual gratuito titulado «Guía para comer en el colegio comida de casa» para ayudar a los padres con la alimentación familiar y con información sobre nutrición y rendimiento escolar, necesidades nutricionales, uso, transporte y calentamiento de la comida y más. Son 24 páginas de fácil lectura y merece la pena leerlo si nuestros hijos, o nosotros mismos, comemos fuera de casa.

guia comida cole

Este es un resumen de sus recomendaciones:

MENÚS

  • Que el niño lleve a la escuela la comida de su casa no significa que tengan que ser alimentos de peor calidad ni de menos valor nutritivo. Es perfectamente posible tomar comida casera que satisfaga todas las necesidades del escolar.
  • Imprescindiblemente, el menú escolar será variado y equilibrado: habrá verdura en cantidades suficientes, bien presentada y de forma que resulte atractiva a los niños; las guarniciones de los platos serán preferentemente verduras o ensaladas; no se abusarán de los fritos (una vez o dos a la semana); habrá pescado un par de veces a la semana (sin espinas y con un cocinado que lo haga atractivo para los niños) y la legumbre estará incluida entre una y dos veces semanales. El postre de elección será la fruta natural (los dulces, helados y la fruta en almíbar será de uso esporádico).
  • En casa, es necesario ocuparse de que los desayunos, las meriendas y las cenas también sean adecuadas y complementarias del menú escolar.
  • El comedor escolar no sólo es un lugar adecuado para la comida de los niños, también es una buena oportunidad para educarles en los diferentes sabores, haciendo que se acostumbren a comer de todo. Para que esa oportunidad no se desperdicie, sería una buena idea que los niños trajeran comidas similares a las que se servirán ese día en el comedor escolar… aunando esfuerzos para ello con los profesionales de la nutrición que elaboran las dietas escolares.
  • La textura y la masticación es importante, sobre todo en las edades más tempranas, por lo cual tener previsto en ese caso la introducción de platos como albóndigas, croquetas, carne guisada, pechuga de pollo, lomo, etc.
  • La bebida recomendada siempre es el agua.
  • El pan debe acompañar cotidianamente a las comidas (de 30 g en los más pequeños hasta los 80 g en los mayores).
  • Las ensaladas son muy interesantes nutricionalmente, pero no substituyen a las verduras. Se pueden empezar a introducir como guarniciones, empezando con lechuga muy troceada, zanahoria rallada, tomate muy picado, etc. para facilitar el hábito de comerla.
  • Se recomienda usar el aceite de oliva o, en su defecto, el de girasol para cocinar y/o aliñar.
recomendaciones

MANIPULACIÓN

  • Se utilizarán recipientes herméticos y bolsas adecuadas, manteniendo separados los alimentos cocinados de los crudos. Las bolsas llevarán claramente identificado el destinatario para evitar confusiones. Si el plato no tiene que calentarse (ensaladas, ensaladillas, huevos rellenos, etc…) conviene asimismo indicarlo en la tapa.
  • En el caso de los productos tipo “a”, es suficiente una bolsa ligeramente isotérmica de tipo camping.
  • Para las ensaladas, podemos introducir dentro de las mismas frasquitos con los aliños ya preparados que únicamente habrá que añadir en el momento de su consumo.
  • Para los productos calientes, tipo “b”, hay que recurrir a los tradicionales termos. A menudo, conservarán mejor el calor si a su vez los introducimos dentro de una bolsa isotérmica de camping.
  • Los alimentos refrigerados o congelados, tipo “c”, requieren también el uso de termos o recipientes isotérmicos. La idea es que la cadena de frío no se rompa desde casa hasta el momento del
    consumo. Lógicamente, lo ideal será que en la escuela haya a su vez neveras o dispositivos para mantener en refrigeración estas bolsas y envases. Instalar dentro de las mismas placas congeladas (las típicas de nevera de camping) tampoco es mala idea para retrasar el calentamiento de los productos refrigerados.

Por supuesto, todos estos consejos son omnívoros y generalistas, pero cada familia lo puede adaptar a sus gustos y necesidades nutricionales, las proteínas vegetales pueden sustituir perfectamente a los productos cárnicos y como idea de taper vegetariano sugerimos lo siguiente: ensalada de arroz basmati con verduritas y hamburguesa de tofu con tomacrudo y cebolla, pera y un puñado de almendras.

tupper vegetariano

Para quien quiera informarse más sobre alimentación infantil vegetariana, recomendamos lo siguiente:

Las fiambreras, tuppers, tápers, termos y demás familia han regresado con fuerza y también pueden ser «alternativos», saludables y deliciosos, depende de nosotros…