caldo vegetal

Un buen caldo es a la cocina como las letras a la escritura, la base de todo. Y aunque nos de pereza a veces, merece la pena tomarnos la molestia de hacer caldo casero en gran cantidad para usarlo a lo largo de la semana o congelarlo para tenerlo siempre disponible.

Los anuncios nos venden los caldos en pastillas como la panacea de la cocina pero la realidad es que no son productos recomendables en una alimentación sana porque, excepto en los caldos ecológicos, la mayoría de sus componentes son aditivos químicos (como el glutamato monosódico relacionado con importantes efectos secundarios), colorantes, saborizantes y espesantes que provienen de transgénicos y contienen mucha sal refinada.

Así que manos a la obra y a aprovechar las verduras que tengamos en la nevera y a hacer nuestro propio caldo vegetal básico, sano y delicioso:

INGREDIENTES

  • 3 zanahorias
  • 1 cebolla
  • 1 puerro con la parte verde incluida
  • 1 rama de apio (menos si nos desagrada el sabor)
  • 1 nabo
  • 1 chirivia
  • un manojo pequeño de perejil
  • 1 hoja de laurel
  • unos granos de pimienta negra

ELABORACIÓN

caldo vegetal collage

1. Lavamos y cortamos las verduras en trozos pequeños.

2. Rehogamos la cebolla en una cazuela con un poco de aceite de oliva a fuego lento, sin que tome color.

3. Añadimos el resto de las verduras y las salteamos para realzar el sabor. Cubrimos con agua y cocinamos a fuego fuerte hasta hervir.

4. Bajamos el fuego, añadimos las hierbas aromáticas y dejamos hervir destapado durante una hora.

5. Dejamos enfriar y colamos el caldo que ya está listo para usar.

6. Podemos volver a hervirlo para concentrar más sabor pero tengamos en cuenta que nos quedará menos líquido resultante.

7. También podemos congelarlo en botes de cristal o en cubiteras para conseguir nuestras propias pastillas de caldo congelado.  Este caldo dura unos 3 meses.

8. Las verduras las tiramos o las aprovechamos para un puré con un poco de caldo

9. USOS DEL CALDO:

  • nos lo podemos beber directamente o con un poco de miso -el fermento japonés tan depurativo y lleno de propiedades-
  • como base para una sopa rehogando unas verduritas (zanahoria, puerro, …) y añadiendo fideos de pasta, arroz o mijo
  • como caldo para purés de verduras, cocer el arroz, pasta u otros cereales
  • para alguna salsa

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