alcachofas portada

Cuenta la leyenda que hace eones el dios Júpiter se enamoró locamente de Cynara pero ella le rechazó. Júpiter se enojó tanto que la transformó en una planta espinosa pero cuya flor era comestible y con propiedades medicinales: la alcachofa.

Ha llovido mucho desde entonces pero la alcachofa sigue siendo una verdura incómoda de limpiar pero muy sabrosa y beneficiosa (protege el hígado, regenera las células hepáticas, mejora la digestión y la tasa de colesterol en sangre, …).

Hay muchas formas de comerla: asadas enteras, en tortilla con o sin huevos, en risotto, cocidas con diferentes salsas, en menestras y esta receta de alcachofas braseadas es una opción muy fácil y que sorprende por su sabor.

INGREDIENTES

  • unas cuantas alcachofas
  • aceite de oliva
  • perejil
  • sal

ELABORACIÓN

Collage de Picnik1

1. Quitamos las hojas de las alcachofas con el cuchillo hasta quedarnos con el corazón

2. Las colocamos en una cazuela hacia abajo. Lo ideal es que queden muy juntas (más que en la foto) y a veces es mejor pasarlas a una sartén pequeña

3. Verter suficiente aceite de oliva para que las cubra hasta la mitad y después añadir agua hasta cubrirlas del todo

4. Sazonarlas y espolvorear abundante perejil picado

5. Cocerlas tapadas a fuego vivo hasta que el agua se haya evaporado y empiecen a freirse. El tiempo es más de 1/2 hora

6. Cuando apenas quede líquido en la cazuela, apagamos y servirmos cortadas en cuartos y con el juguito.

Estas alcachofas braseadas sirven como primer plato o como guarnición de una proteína o un cereal como arroz o quinoa y a pesar de la sencillez de la receta, son un delicioso bocado.